Esa reflexión creo que viene en parte porque llevo casi 5 meses con una depresión que aunque hay días que flojea, siempre sigue ahí. Depresión que me viene de darle vueltas demasiado a las cosas, de estar fríamente en vez de atacar sin dudar. Por supuesto, las amistades ayudan a taponar ese estado, el salir, el divertirse y bromear, realmente rejuvenecen. Cierta frase dice que si un problema no tiene solución, ¿para que quejarse?, y si la tiene, ¿para que quejarse? Y bien cierto que es, de nada sirve lloriquear y quejarse a voz levantada contra el mundo...pero desahoga que da gusto. El caso es que esos problemas que son la punta baja de la causa de esta depresión de la que os estoy hablando, tienen una solución, pero no puedo dársela, ya sea por cobardía, por egoísmo, por vagueza, por timidez...
Y son esos defectos tan comunes para todos los que me hacen reflexionar sobre como cambiarlos, para poder destruir esta depresión y afrontar los problemas que aparecen. Pero cuesta, y mucho. Porque, más que defectos, durante mucho tiempo -y creo que aún hoy lo pienso- los he visto como cualidades, derivadas de ser un tipo frío, aunque a simple vista nadie diría que soy así. Bueno, eso no es cierto. Existen personas, que se dan cuenta de esa realidad sobre mi a primera vista y extrañamente sienten algo, más bien mucha repulsión inicial, hasta que comienzan a saber más sobre mi. Supongo que eso es porque tiene unos prejuicios sobre cierta clase de comportamientos, o algo parecido, hasta que me conocen y ven que eso es una especie de fachada que con los años no he creado, sino que que se me ha ido creando automáticamente.
Pero a lo que íbamos, aunque esa fachada de prejuicios exista, esa forma de ser está desapareciendo, por la misma razón que ha causado esa depresión de la que os hablaba, que día tras día se convierte cada vez más en justo lo contrario. Poco a poco, de esa montaña de problemas que causaron la depresión, y que tengo que tragar y digerir, decidí ignorar la cumbre, aunque aún sigo mirándola. Porque, ya sabeis, es mejor empezar la casa por los cimientos. Por las cosas pequeñas. Intentando cambiar pequeños detalles de mi vida, cada vez más voy sacando algo de alegría en esto que llamamos mundo. Cosas simples, que casi no me daba cuenta y las hacía por costumbre, las he ido reemplazando, y cosas que tenía aplazadas, las he tomado directamente, las he concluido, o puesto en marcha.
Esta foto la hice yo
¿Y sabéis que? Me va mejor. Tanto en lo moral, como en lo físico, como en relaciones con la gente, incluso al razonar fríamente sobre las cosas. Y me siento más optimista con ello. Lo mejor de todo, es que a cada problema de esos que consigo digerir, es decir, desmantelarlo y conseguir una solución plena, me acerca más a la solución del problema cumbre, el que definitivamente me hizo ver la montaña que tenía encima. Pero cuando lo veo...vuelvo a la depresión, y no encuentro en realidad solución. Luego me recuerdo a mi mismo, que aunque no consiga llegar a esa cumbre, que si todo lo que estoy logrando no me llevase a la meta que realmente deseo con toda mi alma, habré conseguido mucho para alcanzar otra meta secundaria.
Si, eso queda muy bien...solo si no tenemos en cuenta que es lo que deseamos. Y con ese pensamiento, que es un círculo perfecto y vicioso, jamás salgo de la depresión que os contaba, que aunque tenga momentos que flojea, siempre está ahí, recordándome que aún no he digerido ni estoy preparado para digerir el último problema.
¿Y cúal es ese último problema, os preguntaréis si habéis llegado hasta aquí? Pues uno grande. Muy grande. Uno que puede marcar mi vida, y de hecho la ha marcado con simplemente haber rozado un poco la solución con todo eso que os he dicho antes, pero solo eso, rozarla, no encontrarla. Muchos dicen que ese problema tiene una solución simple, que solo requiere de unos segundos...pero esos no saben nada. No saben que esos segundos no pueden ser tan simples. Esos segundos son definitivos y hay que marcarlos bien. Y por eso estoy cambiando. Para asegurar esos segundos y encontrar la maldita solución. Odio tener que ser tan simbolista, y no poder hablaros con libertad del problema final. Pero no puedo.
Parece que jamás volveré a ser el mismo de antes. Me alegro por ello y me deprimo por ello. Ambas posibilidades aparecen a la vez. Todo dependerá del final.
En fin. Es un hecho. Estoy cambiando, ya está dicho. Gracias por vuestro tiempo.
1 han dicho algo:
Esos segundos de los que hablas, si son tan importantes, o de ellos dependen una cantidad mayor de tiempo, van a terminar por destruirte.
Quiza por ello sea que estas cambiando, porque por dentro algo te carcome, pero a la vez te prepara y te hace mas fuerte.
Quiza es lo que yo quiera, ya que no te conozco mas que de haber jugado una vez a un juego online pero me caes bien, me gusta como piensas y me gusta tu blog.
Pero si tu notas que estas cambiando, ya lo estas haciendo con el simple hecho de haberlo contado. No he visto en todo el 2009 ninguna entrada reflexiva. Y este año ya llevas 3 creo.
Si el cambio es a mejor, adelante, que aunque las personas no cambien, por dentro estan evolucionando constantemente.
PD: Eso si, el sentido del humor y la ironia, no debes perderlo nunca. Magistral el comentario en la foto de "Esta foto la hice yo". Creo que me he reido durante 3 minutos. Y reirse cuando estas en el trabajo, anima bastante.
un saludo!!
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